En el desolado mundo de Kobenhayn, el príncipe Maumer sigue vivo en el proyecto de destrozar la ciudad de Thern. Esto viene de muchos años atrás. Su padre ya había tenido esa idea hace muchísimos años y, tras su muerte, Maumer siempre dijo que lo conseguiría en honor a su propio padre.
Su hermano mayor, Rapha, siempre se opuso al proyecto de Maumer. Nadie en el reino se explicaba nada, ya que solo sabían de la existencia de una charla que este había tenido con su tío, hermano de su padre, justo al cumplir la mayoría de edad. Pero la duda seguía viva, ya que el primogénito no prestaba razones a nadie.
Pero daba igual, el pequeño de los Ziyech seguía en sus trece, y no iba a cambiar fácilmente de opinión.
Puesto que no cambiaba, Rapha decidió llevar a su hermano hasta unas cuevas subterráneas que tenía el reino. Abrió la última puerta al final del pasillo, y allí estaba, Mauma acababa de entender porque su hermano no quería que se metiera en esa aventura tan poco correcta. Estaba viendo el cuadro del hombre que levantó y creó toda la ciudad de Thern. Ese hombre era su abuelo. Aquel reino lejano también pertenecía a la familia Ziyech.
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